Qué ver en Puerto Madryn y sus alrededores

por Marcelo Aguilera

Fuimos rumbo al sur atlántico-patagónico, en una época que sabíamos que habría mucho avistaje de fauna, con excepción del más característico y buscado del lugar, el de ballenas. Si bien es una de las actividades mas buscadas, por suerte no es la única cosa que ver en Puerto Madryn, ya que es destino con múltiples ofertas de actividades y lugares por conocer.

Contenido de nuestro artículo

1 •  Ciudad de Puerto Madryn
2 •  Punta Cuevas
3 •  Monumento al indio Tehuelche
4 •  Monumento a los colonos galeses
5 •  Punta Tombo y Gaiman
6 • Península Valdés
7 • Dique Florentino Ameghino y Trelew
8 •  Donde dormir en Puerto Madryn

Fueron 5 días por la ciudad costera durante febrero del 2009, en un viaje que también incluyó varios días en las cálidas playas de Las Grutas.

Puerto Madryn
Ciudad de Puerto Madryn al fondo, donde la bahía hace la curva

Como manera de organizar el post, propongo dividirlo en 4 zonas (inventadas por mí, pero así va a quedar más lindo… al menos eso espero)

  1. Centro: Ciudad de Puerto Madryn
  2. Norte: Península Valdés
  3. Sur: Punta Tombo y Trelew
  4. Suroeste: Dique Florentino Ameghino y Gaiman

Ciudad de Puerto Madryn

Realmente disfrutamos el encanto de esta ciudad, de sus calles, sus playas y su hermosa costanera. Aquí pasamos casi 2 días enteros, donde aprovechamos para relajar tirándonos en la arena a tomar sol y disfrutar unos buenos chapuzones en el mar.

Puerto Madryn
Puerto Madryn es sinónimo de mar y playas

Costumbre repetida la nuestra, no dejamos de conocer la cancha de uno de los clubes de la ciudad, Guillermo Brown, fieles al estilo de Turismo Futbolero que practicamos en la medida de lo posible, en los lugares que visitamos.

Estadio Guillermo Brown de Puerto Madryn
Estadio del club Guillermo Brown de Puerto Madryn

Además también conocimos algunos de los monumentos y varios lugares que tiene Puerto Madryn.

Punta Cuevas

Son una serie de cuevas en los acantilados, a los que se accede bajando unas escaleras en las rocas y luego caminando desde la playa. Fueron utilizados por los primeros colonos galeses que desembarcaron en estas tierras, como refugios del duro clima imperante en la zona.

Punta Cuevas
Antiguas cuevas usadas por los colonos galeses al desembarcar en la costa
En Punta Cuevas, disfrutando el atardecer
Desde Punta Cuevas se llega a divisar el monumento al indio Tehuelche

Se encuentran en la parte sur de la ciudad, a 3km del centro y desde aquí además se tienen unas estupendas vistas de la ciudad, sobre todo al atardecer con el sol cayendo sobre el horizonte.

Monumento al indio Tehuelche

Es un monumento al sur de la ciudad, frente a la costa, próximo a Punta Cuevas y también al Ecocentro.

Monumento Indio Tehuelche
Monumento al indio Tehuelche

La estatua se encuentra mirando hacia el mar y tiene la figura de un Tehuelche y desde luego representa a los habitantes originarios de la zona.

Monumento a los colonos galeses

Es otro de los monumentos representativos de la ciudad, se ubica en pleno centro, sobre la costanera.

Monumento Colonos Galeses
Monumento a los colonos galeses

Tiene la figura de una mujer de larga pollera, y simboliza el desembarco de los primeros colonos galeses. Está de espaldas al mar, para representar la llegada desde el viejo continente, a estas nuevas tierras (al contrario del indio tehuelche, que mira hacia el mar vigilando sus tierras).

Punta Tombo y Gaiman

Segundo día de nuestra estadía, y nos fuimos en excursión (resultó privada, ya que la 3er pasajera se negó a subir, porque era un auto en lugar de una combi) a conocer el segundo mayor atractivo de la zona (después de las ballenas), los pingüinos de Punta Tombo.

Pingüinos tomando sol en Punta Tombo

Luego de más de 2 horas de viaje rumbo al sur por la ruta 3, y tomando luego un desvío por la ruta provincial 1, se llega al camino que conduce hasta la mayor reserva de pingüinos magallanes del mundo, sí, estamos hablando de Punta Tombo.

Punta Tombo
Con un amiguito en nuestras manos… ¿o es solo un efecto óptico?

No bien bajamos del auto y dimos algunos pasos hasta el inicio de la pasarela, comenzamos a ver algún que otro solitario pingüino, y nos desesperamos a sacarle fotos. Viendo esto, el guía nos sugirió que no sacáramos fotos ahora, porque que más adelante íbamos a ver cientos de pingüinos, y mucho más de cerca.

Gran razón tenía el guía, ya que a medida que avanzábamos por las pasarelas, los pingüinos que cruzábamos (si se atraviesan en la pasarela hay que dejarlos pasar, y no tocarlos porque pueden tirar el doloroso picotazo) eran cada vez más y más, había adultos, jóvenes y pichones, prácticamente de todas las edades.

Pingüinos bebes con su característico plumón

Se camina un buen tramo de pasarelas (en alguna parte con breves desniveles salvados por escalones) hasta que se llega al final del camino, donde desde lo alto vemos, imponente ante nuestros ojos, el bravo mar en donde montones de estas aves se agolpan, a su orilla esperando el momento oportuno para meterse de lleno a sus azules aguas.

Punta Tombo
Contraste hermoso de colores, los rojos de las rocas con el azul del mar
Punta Tombo
La colonia de pingüinos de Punta Tombo en la costa, vista desde un mirador

Este final de camino nos regala unas postales imponentes, llenas de pingüinos, rocas, arena y mar azulado, ideal para sacar unas buenas fotos panorámicas.

Metros más alejado de este lugar, hay un sendero delimitado mediante rocas en el suelo y sogas, que se interna en la estepa y vuelve al punto de origen.

Punta Tombo
La colonia de pingüinos vistos mas de cerca

No es la gran aventura hacer este sendero, máxime después de ver tantos pingüinos y bien de cerca, pero se camina en tan escasos minutos, que la verdad tampoco es molestia dedicarle un pequeño tiempo.

Después de llenarnos los ojos con tan hermosas vistas y despliegue de los amigos pingüinos, toca el turno de emprender el retorno, con el incentivo de que aún faltaba un paseo más, ya que luego de atravesar Rawson (capital de la provincia), Playa Unión y Trelew, desviábamos hacia Gaiman.



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Este pueblo se encuentra distante a solo 15km de esta última ciudad y es famoso por ser una colonia galesa, fundada por inmigrantes de aquel país que vinieron y se asentaron en la zona durante la segunda mitad del siglo XIX.

En Gaiman existen muchas casas de té, donde se puede degustar una merienda al típico estilo galés. Desde luego que esto era algo que queríamos experimentar, así que nos dimos el gusto y taza de té mediante, probamos la famosa torta galesa (la única de las cosas probadas que no nos pareció tan rica).

Casa de Te en Gaiman
Con la bandera de Gales, de la casa de te Ty Gwyn
Casa de Te en Gaiman
El exquisito y contundente te gales, en detalle

Con la panza llena, caminamos un poco más de algunas de sus calles, conocimos la primera casa de Gaiman, que aún se conserva en buen estado y subimos hasta un mirador desde el cual se ve perfectamente parte del pueblo, las montañas que rodean y todo el verde que va acompañando la traza del rio Chubut.

Parte de Gaiman vista desde un pequeño cerro en la entrada de la ciudad
Se puede pasar a visitar lo que fue la primer casa de Gaiman

Península Valdés

Al día siguiente de conocer los pingüinos, hicimos la excursión de día completo para conocer muchos de los lugares que tiene la península, y aquí desde luego podemos decir que tuvimos mucho pero mucho avistaje de fauna en Puerto Madryn.

Salimos temprano en la mañana rumbo hacia el norte con nuestro guía. y luego de transitar algo más de una hora, casi dos, por la ruta hasta llegar al acceso, que se encuentra en el comienzo de la península, en su parte más angosta.

Peninsula Valdes
Centro de interpretación del istmo Carlos Ameghino

Dicha zona se llama formalmente Istmo Carlos Ameghino, y es allí donde además de pagar la entrada, se puede recorrer el centro de interpretación, donde es posible encontrar información de todo el ecosistema allí presente.

Un pequeño mirador nos da la vista a la denominada isla de los pájaros, que para quienes hayan leído “El Principito”, entenderán que la forma de dicha isla es exactamente igual al dibujo de la serpiente que se comió al elefante.

Peninsula Valdes
La isla de los pájaros

Una vez recorrido el centro de interpretación, empieza el periplo transitando la península y haciendo las respectivas paradas en diversos puntos de su costa.

La primera parada la hicimos en Punta Norte, lugar donde se pueden ver elefantes y lobos marinos, a la vez que, si se cuenta con el factor suerte, también pueden verse orcas cuando están acechando a estos animales (nosotros por desgracia no contamos con ese factor).

Peninsula Valdes
Lobos marinos

Los animales se aprecian desde lo alto de un mirador, y pueden sacarse infinidad de fotos de ellos echados en la playa, en gran cantidad, haciendo ruidos y emitiendo sus gritos característicos, que se escuchan a la perfección como si uno estuviera al lado.

Peninsula Valdes
Los lobos marinos en Punta Norte, vistos desde el mirador

La segunda parada la hicimos en Punta Cantor, lugar donde hay un restaurant, ideal para hacer la pausa, o al menos comprar algo fresco que tomar. Otra característica geográfica de esta parte, es que aquí comienza (o termina) la Caleta Valdés, que es una lengua muy finita de tierra y que va corriendo paralela a la costa de la península, donde luego de muchos kilómetros, se termina uniendo a esta, y entre medio de ambas queda formada una especie de larga y angosta laguna, de agua salada del mar.

Peninsula Valdes
El comienzo de la Caleta Valdés

Sacamos varias fotos a esta rara formación, y desde luego acá también se hace presente la fauna, con una colonia pequeña de pingüinos, claro que luego de Punta Tombo ya los veíamos sin tanto asombro.

También colonias de lobos marinos de un pelo, las cuales desde luego son vistas, al igual que en Punta Norte, desde miradores en las alturas, ya que no está permitido descender hacia las playas para no interferir con el ecosistema.

Peninsula Valdes
Lobos marinos en la costa de Punta Cantor
Peninsula Valdes
Lobo marino visto desde cerca, en pleno descanso

Luego de contemplar el paisaje y la fauna, notamos que se oscurecía el cielo y al rato se largó tremenda lluvia, con gotas tan gordas que literalmente dolían al golpear en la cara o los brazos.

Por suerte la lluvia duró solo unos cuantos minutos, los suficientes para correr buscando refugio, pero pasados esos minutos, volvió la calma y tranquilidad para volver al auto y seguir con la recorrida

Peninsula Valdes
Pingüinera de la península

El último punto donde hicimos parada fue en Puerto Pirámides, lugar desde donde salen las embarcaciones para realizar el famoso avistaje de ballenas, pero que en la época que fuimos (mes de febrero). Estos animales a diferencia de los pingüinos o lobos marinos, son los únicos que nos privan de su presencia a esta altura del año.

No obstante, las playas y formaciones en forma de pirámides de esta zona de la península, bien valen la pena darles una breve recorrida.

Puerto Piramides
Un poco de la costa de Puerto Pirámides
Puerto Piramides
El viento se hace sentir en esta zona de la Península Valdés

Una cuestión que nos enseñaron, y que sirve recorriendo los caminos internos de la península, que son todos de ripio, es que al ir en auto conviene no ir pegado al auto de adelante, ya que las piedras del ripio que van arrojando las ruedas, pueden pegar de lleno en el parabrisas y hacerle bastante daño.

También esto aplica cuando se cruza a un auto en dirección contraria, conviene pasar bastante pegado, para que las piedras golpeen en el parte baja del auto y no en los vidrios.

Durante la excursión, además de la fauna “típica” de la península, podemos sumar al avistaje, algunos amigos que fuimos cruzando por el camino: una mulita en el estacionamiento del restaurant de Punta Cantor y también varios guanacos que corrían libres por la estepa patagónica.

Peninsula Valdes
Pequeña zona en la península, habitada por pingüinos
Peninsula Valdes
Armadillos también presentes en la zona
Peninsula Valdes
Perdices al costado del camino
Peninsula Valdes
Guanacos algo alejados del camino

Dique Florentino Ameghino y Trelew

La ultima excursión que hicimos venia complicada, ya que por ser uno de los paseos no tan demandados, requería un mínimo de cuatro pasajeros. Por ende, nos faltaba el otro 50% del cupo.

Quedamos anotados y nos dijeron que nos avisarían si aparecían otras dos personas para hacerlas. Los días pasaron sin novedad hasta la tarde anterior, para nuestra alegría, nos confirmaron que había dos señoras que también querían hacer la excursión.

El trayecto comienza yendo hacia el sur primero, hasta la zona de Trelew y luego desviando hacia el oeste por la ruta 25.

Las aguas del Dique Florentino Ameghino

Una vez que se arriba al dique, luego de pasar un túnel a través del rocoso cuerpo de una montaña, se hace una parada sobre su paredón, para poder tomar unas buenas panorámicas del lago y todas las vistas que se obtienen desde lo alto de la gran pared.

Dique Florentino Ameghino
Hermosa vista del Dique Florentino Ameghino
Relajando a orillas del dique

Finalizada la parada, se desciende por el otro extremo del paredón, tomando el camino que se dirige al camping, a la vera del Rio Chubut.

Acá viene lo peor y más criticable de la excursión, ya que esperábamos grandes paisajes o al menos un gran rato de relax en alguna zona linda, donde poder bañarnos en el rio… bueno nada de esto sucedió, sino que el camping en si era un lugar de puro ruido de la música que ponía la gente allí presente, haciendo asados en las parrillas del lugar, o sea, nada que no hayamos vivido antes.

Sumado a eso, la zona donde el guía/chofer eligió realizar la muy breve parada, no fue la mejor, ya que estaba alejado en una punta del camping, sin sombra y con el rio en una zona que se encajona y no ofrece mayores atractivos.

Ante la imposibilidad de bañarnos en el rio, fuimos hasta la proveeduría del lugar para comprar algo fresco, pasamos por el bonito puente peatonal que cruza el rio, volvimos y ya casi que, en ese breve lapso, estaban volviendo a subir a la camioneta para seguir el paseo. Realmente muy corta la parada, pero a decir verdad, mucho más para hacer no había en la zona.

Dique Florentino Ameghino
Zona de arboles para el descanso, en la parte de camping del Dique Florentino Ameghino

Desandamos el camino subiendo hacia el paredón del dique, atravesamos el túnel en la montaña, y tomamos la ruta 25 para hacer una parada en Gaiman, pueblo que ya habíamos conocido y fotografiado durante la excursión a Punta Tombo, por lo que la parada fue bien breve y más que nada a pedido de las dos señoras que iban en la excursión y querían conocer el pueblo.

Pensamos que fue una suerte no haber gastado el doble de dinero, contratando la excursión en forma privada (habíamos barajado dicha opción de no llegar al cupo de las cuatro personas), ya que nos quedamos con un sabor agridulce respecto del dique, ya que pensamos que debería dar para mucho más esta zona, y que es lo principal que se visita durante la excursión.

La siguiente parada fue al revés, el interés era más nuestro que de la otra mitad de los pasajeros, y dicha parada era en la ciudad de Trelew, para conocer el museo paleontológico Egidio Feruglio.

Museo Paleontologico Trelew
Museo paleontológico Egidio Feruglio

Recorrimos con ganas todas las salas del museo, donde había esqueletos y fósiles de dinosaurios hallados en toda la Patagonia. Interesante lugar para conocer, ya que su visita puede hacerse bastante rápido, en nuestro caso en menos de una hora pudimos hacerle la visita.

Luego al salir del museo, visitamos la vieja estación de tren de Trelew, que se encuentra justo enfrente del museo, aprovechando para sacarnos unas fotos antes de volver a la camioneta para seguir camino, y emprender la vuelta a los respectivos hoteles.

Estacion Tren Trelew
Vieja estación de trenes de Trelew

Donde dormir en Puerto Madryn

Puerto Madryn y la playa van de la mano, por lo que opciones en tema alojamiento no le faltan. Te pasamos dos que nos parecen ideales para todo presupuesto y bien cerca de la costa.

Patagonia Apart Hotel: Está situado a solo 80 metros de la playa y ofrece habitaciones y departamentos con balcón privado.

Hotel Península Valdés: Situado en el pintoresco Puerto Madryn, este moderno hotel ofrece vistas panorámicas del Nuevo Golf y cuenta con un spa y un gimnasio.

Quiénes hayan conocido la zona de Puerto Madryn ¿creen que nos faltó alguna excursión o paseo que valga la pena? ¿Algún lugar para conocer en la ciudad? ¡Esperamos sus comentarios y opiniones!

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