Santiago de Chile te permite tener los increíbles paisajes de la cordillera al alcance de la mano. Si te gusta disfrutar del relax y también te gusta la naturaleza, no podés dejar de saber cómo llegar a las Termas de Colina desde Santiago y conocer un poco mas sobre este hermoso sitio.
Contenido de nuestro artículo
| 1 • Elegir como llegar |
| 2 • Empieza el día muy temprano, empieza la aventura |
| 3 • Último punto del recorrido, una nueva sorpresa climática |
Es cierto que la ciudad capital del país trasandino, Santiago de Chile tiene mucho por conocer, pero mas cierto aun, es que en la cordillera hay sitios espectaculares. Nosotros elegimos ir a visitar las Termas de Colina, un increíble sitio termal al aire libre en plena montaña.
Elegir como llegar
Para llegar a las termas no hay forma de ir en transporte publico. Las únicas maneras de llegar son a través de un tour con una agencia, o por medio de un vehículo.
- Desde Santiago son aproximadamente unos 110km de camino.
- No hay transporte público desde Santiago. Solo existe transporte que te lleva hasta el Cajón del Maipo.
- Si elegís la opción de llegar en vehículo, tenés que ir hacia el sur por avenida La Florida, continuando por camino al volcán, pasando por la localidad de San José del Maipo y seguir hasta San Gabriel. Desde allí son unos 30 kilómetros más para llegar hasta las termas, pasando previamente por Baños Morales.
Nosotros elegimos ir en tour con agencia DestinoChile, con el cual además de visitar las Termas de Colina, te llevan a conocer el Embalse El Yeso. También hay otro tour que lleva al embalse y además pasa por varios puntos del Cajón del Maipo.
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Debido al pronóstico de lluvias que existía, dudábamos si el tour se cancelaría. Finalmente nos confirmaron que se realizaba el tour nuestro, el de las termas, no así el otro, el que solo va al Embalse El Yeso.
Empieza el día muy temprano, empieza la aventura
La combi de la agencia nos pasó a buscar temprano en la mañana, para emprender el camino hacia el Cajón del Maipo. Este denominado cajón es un cañón andino que corresponde a la alta cuenca del río Maipo, donde es encajonado por cerros, farellones y macizos. Toda la zona ofrece paisajes cordilleranos único.
En el recorrido se van realizando algunas paradas para contemplar el paisaje, aunque el clima no nos dió tregua ni en el principio del día.
Luego de un tiempo moderado de recorrida, llegamos al primer punto. Los baños del Valle de Colina son unas increíbles termas a cielo abierto, en plena montaña.
La idea era meternos a disfrutar de un relajante baño termal, pero no bien pusimos un pie fuera de la combi, nos dimos cuenta que el frio que hacia allí rozaba lo insoportable. Esto hizo que nos quedáramos con la ganas del baño, sobre todo para resguardar a Sofia, que definitivamente no podía pasar por el cambio de temperatura que implicaba el exterior con el agua termal.
Como para aumentar la incomodidad comenzó a nevar, por lo que no pudimos más que sacar algunas fotos y enseguida ir a resguardarnos a la calefacción de la combi. Para colmo de males, subestimamos el frío que podría haber en la montaña y no llevamos todo el abrigo necesario.
Para nosotros era soportable, pero teniendo en cuenta los antecedentes de enfermedades bronquiales de Sofía, preferimos no exponerla al frío intenso. Definitivamente, fue un error de nuestra parte no llevar todo el abrigo, aunque es cierto que los mismos guías nos decían que ese clima no era para nada habitual en noviembre, ya que el calor comienza a ser bastante más frecuente, por lo general.
Muchos valientes se metieron igual en las termas y pudieron disfrutarlas. Se trata de 9 pozos al aire libre con temperaturas que varían entre los 25 grados Celsius, en los pozones más bajos, hasta los 55 grados Celsius, los más altos.
Sus aguas, altamente mineralizadas, fluyen directo desde las entrañas del volcán San José y tienen una serie de propiedades curativas, desde el alivio de dolencias reumáticas, sanación de heridas dérmicas, purificación de toxinas y hasta mejoras de estados depresivos y stress.
Las historias que se cuentan de este lugar incluyen anécdotas con el Ejército Libertador, que al pasar por la zona las usaba para curar sus heridas de guerra en los pozones termales.
La recomendación es que lleves protector solar porque en condiciones climáticas normales, el sol es muy fuerte allí. Pero nosotros no pudimos verlo en todo el día. Las nubes nos acompañaron todo el tiempo.
Último punto del recorrido, una nueva sorpresa climática
El siguiente punto del tour era el hermoso Embalse El Yeso. La fotografía que fuimos a buscar en este viaje. En la planificación del recorrido por el país trasandino, vimos muchas fotos de ese paisaje y sin dudas era uno de los puntos más importantes de todo nuestro viaje.
¿Dijimos que hay factores que no estaban en nuestras manos? Bueno, el punto culmine de las frustraciones que sufrimos en este paseo, se dio cuando llegamos al punto panorámico del embalse.
Lo cierto es que desde el mirador no se veía nada. Estaba todo cubierto por una niebla espesa que hacía que no se viese nada en el horizonte. No era posible siquiera intuir que allí delante de nuestras narices se encontraba un increíble lago color turquesa.
Y como si todo esto no fuera suficiente, comenzó a nevar con fuerza, con lo cual ya no había la más mínima esperanza de poder ver algún paisaje.
Nuestros guías y otros lugareños que se iban encontrando allí, no salían de su asombro por el espectáculo de nieve en una época en donde el calor ya debería estar más que presente. Filmaban asombrados, nosotros solo queríamos que esas nubes se fueran.
En una situación habitual, el tour prevé una picada con vino ahí mismo, pero podrán imaginar que la situación no daba para tirar el mantel y sacar la canasta.
Así que el guía ya había arreglado con un refugio que hay en el camino para poder hacer el picnic dentro del quincho que tienen con una más que necesaria estufa a leña.
Ese lugar fue el elegido para un increíble picnic (incluido en la tarifa del paseo) en donde degustamos un excelente vino, comimos la más amplia variedad de quesos, fiambres y frutas y encima pasamos un más que agradable momento. Después de eso, no quedó más que volver a la combi y emprender el regreso.
Sí, uno podría decir que la excursión salió muy mal por el clima. Pero quedarse en esa sola mirada es quitarle todo lo bueno que hubo en el día y que más allá de todo, nos quedó un pendiente para volver a Santiago y finalmente ver ese embalse a pleno sol y tener nuestra propia foto brindando en su orilla.
¿Les pasó alguna vez que un punto importante de tu viaje se vea empañado por el mal clima? ¿Conocen las Termas de Colina? ¡Leemos sus experiencias!
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