Vivir una noche en el desierto con niños, una aventura mágica

por Yamila Campo

“Muchas botellas con agua voy a llevar”, repetía Sofía con sus pequeños 5 años cuando imaginaba la travesía. Es que encarar un viaje al desierto con niños tiene otros condimentos que sólo quien es padre o madre podría imaginar

Contenido de nuestro artículo

1 •  Cómo llegar
2 •  Cuidados y consejos para el viaje
3 •  Clima
4 •  Ropa para llevar
5 •  Los alojamientos del desierto
6 • La salud del viaje
7 • Iniciemos el itinerario
8 •  Desde Marrakech comenzamos a avanzar
9 •  Del otro lado de la cordillera Atlas
10 •  Segundo día, ya llegamos y… ¡sorpresa!
11 •  ¿Y cómo es pasar por esta experiencia con una niña?
12 •  Estar en el desierto, dormir allí
13 •  Amanecer en el desierto… y partir
14 •  Comienza el último tramo
15 •  La suiza marroquí para cerrar las experiencias del viaje
16 •  Último tirón de unas horas y llegada al destino final: Fez

Mucho imaginamos también nosotros, no lo voy a negar. Lo cierto es que aún siendo adulta, una se imagina, desea y anhela cuando un sueño viajero está a punto de cumplirse. 

Después de haber transitado la experiencia, nos queda muchísimo por contar, compartir y aconsejar. Así que tenganme paciencia, quizás el artículo sea un poco largo, pero les aseguro que vale la pena cada subtitulo. 



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A lo largo de este artículo, les voy a contar las distintas formas de llegar al desierto, los recaudos y consejos a tener en cuenta yendo o no con niños, dónde es mejor alojarse para pasar una linda experiencia en el desierto y, por último, qué vas viendo en el camino al desierto y todo  lo que pasa en él. 

¿Avanzamos con el relato? ¡Allá vamos!

Cómo llegar

Existen una gran cantidad de excursiones al desierto, desde Marrakech o Fez, las opciones se multiplican. 

El recorrido es circular, partiendo y volviendo de la misma ciudad, aunque podés hacer un viaje más a tu medida, como el que hicimos nosotros, y conectar Marrakech con Fez

Pueden contratar una excursión en grupo, a la que te sumás y se hacen todas las experiencias de esos días juntos. O podés contratar una excursión privada. Obviamente, los precios varían en consecuencia. 

Se puede además ir a la plaza principal y buscar allí las ofertas de tours que pululan por todos lados e intentar obtener un muy buen precio. 

Ahora, si me lo preguntan, esa es una buena aventura para hacer quizás si una mala experiencia será una anécdota para vos. Lo sabemos quienes somos padres y madres, esto de experimentar situaciones tratamos de evitarlo al máximo. 

Así que te diría que tengas alguna planificación previa para contactar alguna agencia que te de la seguridad suficiente como para hacer toda la travesía. 

Piensen que los precios y la seriedad del servicio variará en cuanto a los hospedajes en el caminos (y principalmente en la carpa en el desierto) y en cuestiones como es el vehículo que los transporte. Elementos para nada menor. 

Nosotros decidimos ir con Viajes Marrakech porque básicamente pudimos referirnos con su experiencia de “Marruecos con niños” y porque Nuria, una de sus responsables, es española y nos ha permitido tener una información profunda y variada en la previa al viaje. Además, debemos decirlo, el servicio cumplió con cada una de las cosas que nos fue informando. 

El vehiculo con el que hicimos el tour, con nuestra guía Hamid
El vehiculo con el que hicimos el tour, con nuestra guía Hamid

Otra de las cuestiones a tener en cuenta es la cantidad de días que te va a tomar este tramo. Debemos decir que en esto Nuria nos aconsejó tomar la opción de 4 días, pero decidimos hacerlo en 3 por los días que teníamos disponibles en el viaje. 

Hoy, de volverlo a hacer, lo haríamos en cuatro. Es que, al terminar el viaje en Fes, el último tramo se hizo bien largo y además nos hubiese gustado tener un poco más de tiempo en el desierto al despertar a la mañana. 

Los tours por lo general incluyen todas las comidas, pero por supuesto, consulten las condiciones antes de tomarlo. 

Cuidados y consejos para el viaje

Clima 

Por supuesto que el clima en el desierto es un punto a tener en cuenta. Con una alta amplitud térmica, los picos en el día y la noche pueden desorientar un poco. 

Tengan en cuenta que en invierno las máximas pueden llegar a máximas de 20 grados y mínimas de hasta -5 grados en algunos puntos de la ruta.

En verano las máximas pueden llegar a los tremendos 47 grados, pero atención que las mínimas se desploman hasta los 18.

Sin dudas, si la idea es conocer el desierto con niños, habrá que evitar los peligrosos casi 50 grados y tratar de ir en épocas más amables como primavera u otoño.

Nosotros fuimos en el fin del invierno y estuvo más que bien a nivel temperatura. Pero eso sí, tuvimos un contratiempo inesperado: una tormenta de arena en pleno desierto. 

Ropa para llevar

Dependiendo de cómo harás la excursión, puede que al ir y volver al mismo punto, puedas dejar parte de tu equipaje en el alojamiento de origen.

En ese caso, solo viajarás con una mochila con poca ropa. 

Pero si la idea es hacer como nosotros, trasladarse un punto a otro, entonces deberás llevar todo el equipaje, pero eso sí, al llegar a Merzouga vas a tener que armar una pequeña muda para ese momento del viaje. Eso implica elegir sabiamente qué llevar. 

En la mayoría de los casos, solo podés ir con una mochila a bordo del dromedario y tu equipaje permanece en el albergue donde se recogen los dromedarios. En nuestro caso, nos llevaron igual el equipaje completo a la jaima, pero sabemos que no es lo más habitual.

La cuestión entonces, se trata de saber elegir bien qué ropa llevar. 

Recordá que de noche puede hacer bastante más frío, así que no dejes de llevar ropa térmica. Si bien las jaimas tienen ropa de cama abrigada, puede que el frío sea importante. En nuestro caso, no fue necesario el abrigo extra. 

Lleven también algunas bolsas plásticas como para proteger todo el equipo tecnológico. Tengan en cuenta que arena es lo que sobra allí. 

Aunque ames las fotos “instagrameables”, la ropa tiene que ser cómoda, pensá en eso como una necesidad, sino vas a sufrir la incomodidad de la arena. 

Otro punto importante, son los pañuelos que resultan típicos en Marruecos. Puede que no lo necesites, o puede que una tormenta de arena, como la que nos recibió a nosotros, te haga usar si o si, uno. 

Los mismos bereberes te pueden poner el pañuelo tal como ellos se lo colocan y, les aseguro, es super necesario. 

Si vas en verano, no te olvides el protector solar, las gafas y la ropa más liviana y cómoda que puedas tener para el día. 

Los alojamientos del desierto

Un aclaración super importantes es que desde finales de marzo de 2019, por motivos medioambientales y de conservación de las dunas de arena, se ha modificado el lugar de los alojamientos. 

Lo que se intenta conseguir con esta nueva legislación es generar un turismo responsable y sostenible con el medioambiente (lo que celebramos enormemente) para evitar males mayores a la larga, ya que había muchos campamentos dentro de las dunas, generando muchos residuos, malgasto de agua, y deformación de los perfiles de las propias dunas.

Se generó un mayor control de la zona y ahora las jaimas se encuentran al pie de dunas, es decir alrededor de las dunas, pero no en el interior, sino cerca de los albergues o riads. Quizás esto les haga sentir que quita la magia, pero les puedo asegurar que el solo hecho de ver las dunas y la inmensidad, es suficiente.

Jaimas en el desierto de Merzouga
Jaimas en el desierto de Merzouga

Tengan en cuenta que hay una gran variedad de tipos de jaimas y eso hará modificar el precio de la excursión si la incluye. Si es que no vas a tomar la opción de excursión con alojamientos incluidos, te damos dos ideas posibles, una de calidad superior con baños privados y otra standard, sin lujos pero quizás más auténtico.

Es una decisión personal, pero sí tené en cuenta que pegarse un baño en el desierto en ninguna de las dos opciones de alojamiento no es recomendable.  

Sirocco Luxury Camp

Merzouga Aicha Camp

La salud del viaje

Recordá siempre llevar un botiquín de primero auxilios, con lo elemental ante una emergencia, pero principalmente tené en cuenta la necesidad de tener un buen seguro de viaje. 

Es importante tener cobertura ante cualquier circunstancia, y cuando en el viaje pasás por muchos sitios, de diversa complejidad, la calidad del seguro es importantísima. 

Te dejamos aquí la recomendación de Assist 365, si querés contratar tu seguro, no dudes en hacer CLICK ACÁ y obtener así el descuento que le brindamos a nuestros lectores. 

Iniciemos el itinerario 

Desde Marrakech comenzamos a avanzar 

La jornada comienza muy temprano, es que el viaje que se viene es super largo y antes de que caiga la noche, hay que llegar al valle de Dades.

Subimos al auto despidiéndonos de Marrakesch y partimos por la carretera para de pronto comenzar a subir cada vez más. Así llegamos a una primera parada técnica que sirve de desayuno, en un restaurante muy simple que tiene un balcón terraza con vistas a las montañas que es impactante. 

Estamos allí en la cordillera del Atlas, un pared divisoria del océano Atlántico y el mar Mediterráneo con el desierto de Sahara. De hecho, su existencia determina que la humedad se desprenda en toda esta zona y ya lleguen las nubes completamente secas al desierto de Sahara. ¿Viajar nos ayuda a aprender? Sin dudas que sí. 

Y mirá si no aprenderemos a cada paso que nuestra siguiente parada es en una cooperativa de mujeres de la zona que produce el aceite de argán, eso que en el mundo se llama “oro líquido”, por sus innumerables propiedades y aplicaciones. 

Cooperativa de mujeres productoras de aceite de argan
Cooperativa de mujeres productoras de aceite de argan

Siempre fueron las mujeres bereberes las que lo hacían para su consumo. Ahora también lo producen y lo comercializan. Todo un avance en tierras musulmanas. 

En ese lugar las mujeres te cuentan y muestra en el proceso y, por supuesto, te ofrecen que lo compres en sus múltiples formas. Muchas de ellas aprendieron distintos idiomas por lo que se comunican con todos los turistas sin problemas. 

Y como nos sucedió en todo Marruecos, se quedaron encantadas con Sofía, por lo que se sacaron varias fotos, la abrazaron, le regalaron su nombre escrito en árabe y la hicieron sentir super cómoda. Sofi sigue recordando ese momento y te habla de todo el proceso del aceite. Sí, viajar educa. 

Seguimos camino y esta vez el paisaje se volvía aún más inesperado para Marruecos, fría montaña, nieve en sectores, un frío de locos. Estábamos a 2260msnm en el puerto Tizi n´Tichka, nombre que significa “paso de montaña difícil” y la cantidad de curvas puede que explique el porqué del nombre. 

Nieve en las cumbres de las montañas del Atlas
Nieve en las cumbres de las montañas del Atlas

Ahí bajamos unos segundos para una foto pero, sin dudas, el frío nos acobardó la exploración en la zona. 

Del otro lado de la cordillera Atlas

De pronto el paisaje, al ir bajando desde el punto más alto de la cordillera, comienza a cambiar con rapidez. Cada vez es más verde y despejado, las nubes hicieron en la zona su última misión y de a poco el cielo se vuelve completamente despejado y los colores tierra intenso se multiplican. 

Avanzamos rápido hasta una joya en el medio del paisaje: el Ksar Ait Ben Haddou. Este paraje detenido en el tiempo es increíble. Inmediatamente lo ves y te suena conocido. Es que fue ese lugar escenario de muchísimas películas super vistas y conocidas como Indiana Jones o La Momia. 

Con el Ait Ben Haiddou de fondo
Con el Ait Ben Haiddou de fondo

Caminar por sus pequeños pasadizo, las escaleras empinadas y todo recovo, es toda una aventura. Encima el entorno de color piedra rojiza realmente te hace sentir en una película. 

En este punto podemos decir que todo depende del presupuesto o lo que prioricemos, pero de verdad que haber hecho el viaje en una excursión privada nos dió la posibilidad de manejar los tiempos en cada lugar y, sobre todo, adaptarnos a las necesidades de Sofía.

Máxime que el guía Hamid fue super amable con nosotros y estuvo siempre a disposición de nuestros tiempos. Obviamente que esto cambia el precio del servicio, pero queríamos dejar en claro que la diferencia se nota. 

Muy bien, llegamos a la última parada del día, Ait Arbi, los dedos de mono. Una formación muy extraña en la ladera de la montaña que sí, parece dedos de mono. 

Ya la tarde comenzaba a caer, así que llegamos con el último rayo de sol al hotel que estaba incluido, en el valle de Dades. Todo el paseo incluye también la cena, típica de la región y un sitio para dormir super cómodo. 

Si, nos dormimos enseguida, nos faltaba un trecho más para llegar al desierto y el día siguiente comenzaba temprano otra vez. 

Segundo día, ya llegamos y… ¡sorpresa! 

Comienza el día de LA aventura, comenzó como se podría pensar, tempranito. Salimos del valle de Dades y sin prisa pero sin pausa comenzamos a transitar la ruta que finalmente nos llevaría al desierto. 

Primero, claro, había una parada importante para hacer: la Garganta del Todra. El cañón, estrecho en forma inversa a su altura, se impone enseguida al apenas bajar del auto. Como sucedió durante todo el trayecto, Hamid nos dió el tiempo que precisemos para recorrerlo. 

Disfrutando el paisaje de la Garganta del Todra
Disfrutando el paisaje de la Garganta del Todra

Así fue como bajamos hasta el hilo de agua, recorrimos un poco la zona y pensamos en el desafío enorme que debe ser para cada uno de los escaladores que se acercan a la zona constantemente, deseando llegar arriba de la pared. 

Un poco más de ruta y de pronto el cielo azulado hermoso comenzó a hacerse cada vez más gris. Lo que venía anticipando nuestro guía y que quizás podía cambiar de un momento al otro, finalmente se hizo palpable y real: el desierto estaba bajo una tormenta de arena. 

Veíamos a los costados de la ruta una aridez tremenda y cielo que parecía tener densas nubes pero eso no era ni más ni menos que arena. Es muy impresionante ver cómo se cambia el paisaje en ese clima y cómo abrir apenas una ventanilla puede hacer que se cuele medio desierto en tu auto. 

Llegamos así a Merzouga, haciéndonos a la idea de que no había chance de cambio. No íbamos a tener esas fotos de desierto dorado, cielo azul y nuestras sombras dibujando el paso. No, no era posible. Pero bueno, también es cierto que conocimos el desierto en una situación que no muchos pueden ver. 

Al llegar al parador, tomamos las mochilas que iban a ir con nosotros y especialmente los pañuelos que iban a ayudarnos en la travesía. Nos esperaban los guías del desierto, bereberes que están muy acostumbrados a esto, así que ellos fueron los encargados de ponernos bien los pañuelos para que podamos hacer frente a la tremenda tormenta que nos saludaba en la cara. 

Fuimos en dos dromedarios. Marce en uno, y Sofi y yo en otro. Maniobrar con un dromedario no es nada fácil, por más que los guías van caminando delante de los pequeños grupos, el cuerpo de uno debe acompañar y ayudar al dromedario en el equilibrio de subir o bajar una duna. 

Debo decir que más allá de no ser EL paisaje que esperábamos, de todos modos el desierto fue emocionante. Les digo de verdad que es una experiencia viajera imposible de explicar en un artículo, en un audio… hay que vivirla. Ver el infinito paisaje de las dunas en el horizonte, la quietud y el silencio del desierto, no hay forma de ponerlo en palabras.

¿Y cómo es pasar por esta experiencia con una niña? 

La verdad es que fue increíble lo que pasó con Sofía. Por supuesto tenía cierto temor de que la arena en el rostro de Sofi logre arruinar todo disfrute, pero nuevamente nuestra niña viajera dio muestras de adaptabilidad total y no solo no se quejó sino que lo disfrutó muchísimo. Habló casi todo el viaje que duró poco más de hora y media, describiendo sus sensaciones, lo que veía, todo. 

Arriba de los dromedarios en el desierto de Merzouga
Arriba de los dromedarios en el desierto de Merzouga

En incluso, en un momento se detuvo mirando la imagen de un grupo de 4 dromedarios que iba más adelante y justo caminaba ondulante en unas dunas. Inmediatamente me dijo “¡mirá mamá! Eso parece una pintura realista, ¡mirá que hermoso!” (pueden ver esa imagen en la portada de este artículo, justo tomé la foto)

De pronto, todo lo que ella había imaginado del desierto, pudo ser contrastado con la realidad. Yo sentía que era una esponja, atenta a todo, observando, analizando, creciendo con cada minuto de la experiencia. 

No todo es color de rosas, claro. Una hora y media a bordo del dromedario y haciendo fuerza con el estómago para poder equilibrar el peso, realmente cansa. Así que en un momento me dijo “mami, ya me duele un poquito estar así sentada”… y sí, cuando llegamos a las jaimas, les aseguro que bajar era terrible, las piernas acalambradísimas, no respondían demasiado. 

Los dromedarios la verdad es que se portaron de diez, y al llegar los guías nos preguntaron si queríamos volver a lomo de ellos. Ahí pregunté bien como era la cuestión porque no sabía cómo era la vuelta. 

Me contó que se podía hacer con auto tipo jeep, y que si decidíamos hacerlo con el dromedario, se tenía que quedar ahí en el campamento, en vez de ir a dormir a su lugar, más reparado, más tranquilo. Por supuesto que le dijimos que no, es difícil tomar una posición con este tema cuando uno además se preocupa por hacer turismo responsable con animales. 

Pero la verdad es que uno puede entender de la necesidad de un traslado específico, pero sí se puede evitar, mejor. No voy a negar que es mágico atravesar el desierto al paso de un dromedario, pero si podemos evitarle que su día sea solo trasladarnos, mejor. 

Particularmente nos fijamos que estuviesen bien cuidados y sentimos que los guías estaban muy atentos a sus necesidades, pero vimos otros grupos de dromedarios no muy bien cuidados. Tengamos la mirada bien atenta con esto. 

Sofi lo saludo a nuestro amigo, le hicimos algunos mimos y volvió a su lugar. 

Estar en el desierto, dormir allí

Nos acomodamos en unas jaimas increíbles. La verdad es que nuestros amigos de Viajes Marrakech se ocuparon de que tengamos una gran experiencia. 

Como les decíamos más arriba hay distintos tipos de jaimas y esto hace que las camas sean más o menos cómodas y que además las comodidades de baño privado o calefacción se valoren por mil.

Enseguida nos comunicaron que podíamos ir a cenar. Todo estaba listo en la carpa comedor. El clima era maravilloso, luz tenue, las carpas, la mesa esperándonos. Nos sirvieron una cena super completa. Otra vez con platos de la región como el tajine. 

Cuando la cena estaba terminando, llegó el show. 

Sofia tocando los timbales
Sofia tocando los timbales

Dos músicos con sus tambores nos hicieron una demostración de música armoniosa, la voz y el canto era mágico. Sofi se levantó enseguida de su silla y comenzó a bailar. Los músicos estaban felices de tener bailarina entusiasta, la miraban y se entusiasmaba más.

Luego le dijeron a Sofí y otras personas que estaban allí, si querían tocar un poco los timbales. La pequeña por supuesto ahí estuvo, dispuesta a probar su oído musical. 

Logramos después de un rato que Sofi se despegue y nos fuimos a nuestra carpa. El día había sido larguísimo. Miramos el cielo, ahora la noche sí dejaba ver sus estrellas. Eran millones. Un cielo completamente estrellado. Increíble. 

Hicimos que se duerma Sofi y salimos unos momentos a seguir mirando las estrellas. No lo voy a negar, el frío era intenso. 

Amanecer en el desierto… y partir

Pusimos el despertador bien temprano, queríamos intentar ver el amanecer. Pero sí, como era de esperar, la arena no nos dejó ver el sol en su esplendor. Salimos los dos a jugar en las dunas. Dejamos que Sofi descanse un poco más. Después volvimos y la despertamos. 

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Tomar esa decisión que viene dando vueltas en tu cabeza hace tiempo…⠀ ⠀ En la vida hay que luchar e ir tras los sueños, animarse a dar el paso y jugársela por lo que a uno lo hace feliz. Estos tiempos de cuarentena no han hecho mas que acelerar todo el proceso donde uno se planteaba este tipo de cuestiones.⠀ ⠀ Es que después de muchísimo tiempo, estaré emprendiendo ese gran cambio que venia rondando dentro mio, ese cambio que implica dejar un trabajo seguro, por el de intentar compatibilizar otras formas de trabajo mas flexibles, con la gran pasión que significan los viajes.⠀ ⠀ ¿Que saldrá de todo esto? Realmente no lo se… aun todo es muy nuevo y estaré empezando a analizar opciones, proyectos, ideas, oportunidades, pero si quiero contarles algo de lo que estoy seguro… pueden las cosas salir bien o mal, pero en definitiva animarse a dar ese primer paso, es la victoria fundamental en esa lucha por alcanzar tus sueños…

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Queríamos desayunar y aprovechar un rato los tres en las dunas. Ya nos habían avisado que partíamos luego del desayuno, al rato. 

Sin dudas nos hubiese gustado estar un poco más en el desierto. Por eso quizás si volviéramos a hacerlo, tomaríamos el consejo de nuestros amigos de Viajes Marrakech y lo haríamos en 4 días.

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«Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua», dice El Principito. Y nosotros creemos que ha sido un gran oasis en nuestros viajes este último que nos llevó a una de esas experiencias que nos transformó para siempre.⠀ ⠀ En Marruecos el desierto te enfrenta a la soledad, mirar la inmensidad de las dunas te ayuda a reflexionar acerca de todas aquellas cosas que a veces esquivamos pensar. Su noche estrellada inmensamente te invita a festejar que aun haya lugares en donde la inmensidad te muestre lo pequeños que somos.⠀ ⠀ Nos sentimos felices de poder pasar por estas experiencias en familia, porque cada uno de esos momentos estrecha nuestros lazos y nos va modificando como familia, intentando cada día ser mejores.⠀ ⠀ @almundo_ar #MejorAlmundo #ViajarTeTransforma

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En fin, de todos modos lo disfrutamos un montón. Con tormenta de arena incluida. 

Partimos en jeep de regreso a Merzouga pueblo. Allí nos reencontramos con Hamid, y seguimos camino, ya en el tramo final. Quedaban aún un par de puntos por ver. 

Comienza el último tramo

Al rato de ir viajando, paramos en el mausoleo Mulay Ali ash-Sharif. En este impactante sitio, se encuentra enterrado el fundador de la dinastía del actual rey de Marruecos. El edificio es imponente y, aunque no está permitido el ingreso a los no musulmanes, es impactante tan solo desde la entrada. 

Tiempo de recorrer a unos metros el mercado de Rissani. Allí bajé yo sola porque Marce no se sentía bien y Sofi decidió quedarse con él. Cosas que pasan en los viajes, no siempre nos sentimos super y puede que algo del movimiento en el dromedario haya hecho efecto en Marce. 

En fin, el mercado es impactante, se denomina Souk y es enorme. Realmente enorme. Se nota que es un centro de comercialización muy importante para toda la zona. 

Mercado de Rissani
Mercado de Rissani

Les recomiendo ver todo el sector de verduras, pero mucho más el de especias. Y no dejen de pasar por el Fodouk, la zona en donde descansan los burros mientras sus dueños compran. Es muy muy grande y la cantidad de burros que allí esperan dan una dimensión de la cantidad de personas que ese mercado alberga. 

Seguimos un poco más en el camino y de pronto se ve una gran mancha verde. Uno podría creer que es un gran espejismo en el medio del desierto, pero no, es un enorme Oasis. El oasis Aousfous es impresionante de grande, y aunque se lo ve desde la ruta, esa ya es una buena vista para contemplarlo en su totalidad. 

Un tiempo más de viaje y comenzamos a subir y ya el paisaje cambia. De pronto nos adentramos en un gran bosque. 

Es el bosque de Azrou en donde les recomendamos frenar en algún lugar seguro pero no bajar, porque inmediatamente vendrán una gran cantidad de monos ávidos de conseguir algo de comida. Recuerden que no se alimenta a animales salvajes y tan solo debemos contemplarlos. Seamos responsables con los sitios que visitamos. 

La suiza marroquí para cerrar las experiencias del viaje

Llegamos finalmente a Ifrán, la suiza marroquí. Y realmente el paisaje asombra. 

Si hay algo que uno aprende en esta enorme excursión, es que Marruecos es muy diverso y que ninguno de todos los paisajes que asociás inmediatamente cuando decís Marruecos, le hace justicia a la realidad del país. 

Marruecos es increíblemente hermoso en toda su variedad y este pueblo no es la excepción. Vale la pena recorrerlo tranquilos (otra vez agradecemos la eterna paciencia de Hamid para ir teniendo en cuenta nuestros tiempos) y descubrir sus casas alpinas, las calles empinadas y el clima festivo. Un pueblo encantador. 

Antes de partir de Ifrán, fuimos a la plaza principal y nos tomamos una foto con la estatua del León de Atlas, una especie que solía habitar esa zona pero ya se encuentra extinta. 

Estatua del león del Atlas, en Ifran
Estatua del león del Atlas, en Ifran

Debemos decir que justo nos tocó un fin de semana así que nos encontramos con una gran cantidad de turismo interno por las calles del pueblo y, en particular, en la estatua. 

Bastante paciencia y por fin, salió la foto. 

Último tirón de unas horas y llegada al destino final: Fez 

Debo reconocer que fue un momento difícil despedirnos de Hamid porque Sofía ya creía que seguiría con nosotros unos días más, así que se puso a llorar, se había encariñado de verdad. 

Foto final con Hamid, nuestro guía
Foto final con Hamid, nuestro guía

Es esto que pasa en los viajes, las personas hacen que esos viajes se vuelvan significativos para uno. Nosotros seguiremos recordando a Hamid como una gran compañía de un viaje que fue sin dudas, de las experiencias más increíbles que vivimos.

Cierra así este extenso artículo que merecía todo este detalle. Se trata de una de las experiencias más increíbles que vivimos y sin dudas, no paramos de recomendar que la vivan alguna vez. 

Nuestros pies en el desierto
Nuestros pies en el desierto

Y no tengan temor de vivir una noche en el desierto con niños, de verdad es un momento de aprendizaje total y para atesorar por siempre en el recuerdo familiar.

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