¿Cuántas veces al subir a un avión miraste con preocupación que un niño viajara adelante o atrás? ¿Ahora que tenés un hijo creés que es imposible viajar con niños en avión? Te prometo que no, que es posible hacer del viaje algo placentero para vos, para tu niño y para el resto de los pasajeros del avión. Tan solo hay que tener en cuenta unos consejos que te vamos a dar para que la proeza sea posible.
Contenido de nuestro artículo
Cuando el niño es aún un bebé
Vamos con dos consejos básicos, luego están todos los que ya sabemos de acuerdo a nuestro hijo y su temperamento. Un solo dato más caminen con el bebé por los pasillos en los momentos que se pueda si es necesario, busquen alternativas a lo inquietos que se puedan poner.
1 – Tomar la teta durante el vuelo
Dejame decirte que más allá de todos los beneficios que tiene la lactancia materna, en el momento del despegue y el aterrizaje puede ser un gran aliado. Es que el movimiento de succión le genera casi el mismo efecto que el que tenemos al mascar chicle.
Entonces el bebé que obviamente no tiene ni idea de lo que está pasando, entre la oxitocina liberada en el mismo acto de amamantar y el movimiento, se relaja lo suficiente como para pasar el momento de mayor incomodidad.
2 – Tener una muda de ropa al alcance de la mano
En la mochila que se lleva en cabina: Una obviedad que en el lío de los preparativos del viaje, puede olvidarse. No dejen de tener muda correspondiente porque los accidentes incómodos suceden.
Cuando el niño ya es un poco más grande
Acá los desafíos cambian. Siempre digo que es muy raro que un niño sea completamente tranquilo, en algún momento va a querer hacer de las suyas. Ese es un niño normal. Pero tratemos que, en el tiempo de vuelo, tenga el suficiente entretenimiento como para que el hastío no lo vuelva un diablito.
3 – Apelar a la tecnología para que no se aburran
Entretenimiento a bordo, tablet y celular. Muchas veces no es lo que más quisieramos, pero intentemos ponernos en el lugar de ese niño, tiene que quedarse sentado en un asiento, con un cinturón que le ajusta y cumplir ciertas “normas”.
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¿Por qué no intentarlo un rato con la muchas veces odiosa tecnología? Les confesamos que Sofia hasta los 4 años aproximadamente creía que la tablet era algo que solo aparecía en los viajes.
Bueno, luego se dio cuenta y hubo que pactar uso razonable en casa.
4 – No todo es tecnología
También podemos apelar a la creatividad del niño, llevar elementos para dibujar y cuentos: A los chicos les gusta hacer con las manos, así que usemos las mesitas del avión y llevemos la cartuchera con sus marcadores preferidos, hojas o cuaderno (en algunos momentos es lindo que tengan su cuaderno de viaje, como nosotros, pero de dibujos).
Otro elemento que suele funcionar muy bien son los stickers. Pegarlos y dibujar alrededor puede ser muy entretenido.
Cuando son un poquito más grande, las revistas con actividades son ideales. A partir de los 5 años ya funcionan perfecto. A Sofia incluso le compramos una mini libretita de papel plastificado que permite borrar la fibra y así volver a hacer cada actividad las veces que quiera.
5 – Estar atento a que la comida pueda no ser de la preferencia del niño
Sí, los chicos tienen un momento de vida en el que empiezan a elegir comida, y sus gustos se ponen difíciles. Lo mejor entonces es siempre tener algo a mano que nos pueda servir para suplantar el “nomegustaaa”.
Algunas galletas, por ejemplo, pueden ser un gran salvataje. Además, tengan en cuenta que se puede pedir de antemano el menú infantil a la aerolínea cuando nos toca cenar o almorzar en vuelo.
En nuestro caso, llevamos muchas veces sobrecitos de ketchup porque Sofía come casi toda la comida con ese condimento, así que resulta casi una condición.
6 – Si tu niño es tranquilo, no elijas las filas asignadas por default
Si te quedas con las filas por default, alrededor tuyo habrá mayoría de niños. Esto nos pasa últimamente, la aerolínea asigna por default una serie de asientos en donde van las familias. No está mal considerando que puede ser la “zona del bullicio”.
Pero si tu hijo es tranquilo, no la va a pasar bien. Nos pasó en un vuelo que Sofi tenía un nene atrás que gritaba bastante y ella solo quería dormir. Podés llegar a trabajar con ella un poco la empatía por ese niño, pero si tiene sueño, se le va toda la paciencia al tacho, es entendible.
Así que mejor evitar esos momentos, y cambiar asiento en el web check in.
7 – El momento del sueño
Lo mejor es siempre tener a mano una mantita para taparlo cuando se queda dormido, alguna de polar fino para maximizar el lugar. Y con más de 4 años, los cuellos de vuelo son super útiles. En los mismos aeropuertos hay muchos con motivos infantiles que encima ellos los van a experimentar como un nuevo muñeco.
8 – Realizar los vuelos en horarios que el niño estará la mayor parte del viaje durmiendo
Si el niño tiene sueño, va a dormir en donde sea. Más si lo acostumbrás desde chico a viajar.
Si coincide el vuelo con su horario de sueño, sobre todo si es por la noche o temprano en la mañana, todo solucionado, ya que lo más probable es que gran parte del mismo lo pase durmiendo.
¡Aprovecha y dormí también!
¿Se te ocurre algún otro consejo más para viajar con niños en avión? ¿Tenes alguna otra pregunta? ¡Dejanos tu comentario aquí abajo!
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